En Bretaña se suele decir que su nombre latino, armeria maritima, proviene de la palabra bretona ar mor, el mar. Y es cierto que esta bonita florcita rosa que ilumina los caminos costeros de abril a agosto parece particularmente a gusta la costa bretona Se trata de una planta rocosa de origen mediterráneo que se ha adaptado a lo largo de nuestras costas hasta el norte de Europa. No le teme a los vientos fuertes ni a las rociones salados y le encantan los sitios bien drenados y soleados.
Se encuentra tanto en suelos pedregosos como en acantilados, creciendo en el borde de las dunas, en laderas o incluso en paredes. La clavelina de mar no es muy exigente y está satisfecha con suelos pobres.
Como pueden adivinar, este pequeño clavel en la costa no es un clavel real. Esta denominación se debe únicamente a su color y a la similitud de sus pétalos pequeños con los de la planta cultivada. La clavelina de mar crece en mechones apretados de los que emerge un tallo frágil que no supera los 20 cm y que sostiene una flor compuesta de varias corolas.
Bajo su gruesa alfombra de finas hojas verdes dispuestas en agujas, una gran raíz principal crece entre las piedras y entre una multitud de raíces.
En Bretaña, donde todavía es común en la costa, la clavelina de mar no se encuentra entre las plantas protegidas. Este no es el caso, por ejemplo, en el norte de Francia, donde está prohibido recogerlo.
Así que usted puede recoger sus semillas y sembrar o replantarlas en el jardín de rocas o en la pared de un jardín junto al mar. Bien expuesto al sol, se desarrollará fácilmente.
Aunque no está protegida, su meritoria tenacidad para crecer en condiciones difíciles y la fragilidad de sus pequeñas flores rosadas animarán al caminante a respetarla.
